Actualizado el: septiembre 24, 2024

Hay muchas opciones de inversión en México, pero solo con una estrategia enfocada en metas realistas, elegirás los productos de inversión más adecuados. Para eso sirve el plan de inversión.

En Financer.com nos preocupamos por tus finanzas y queremos ayudarte a comprender la importancia de tener un plan de inversión y elaborar uno que te acerque a tus objetivos financieros.

¿Qué es un plan de inversión?

Un plan de inversión es un modelo sistemático que tiene como objetivo guiar tus inversiones actuales o futuras por el buen camino. Esta planificación gira en torno a cuatro elementos:

  • Objetivos
  • Parámetros o pasos a seguir
  • Tiempo
  • Productos de inversión

Para elaborar un plan que sea efectivo es necesario saber cuáles son los objetivos. A continuación, se deben establecer los parámetros para saber qué pasos seguir de la inversión.

Por último, se tiene que proyectar cada una de las acciones dentro del marco de tiempo tanto presente como futuro, según los productos de inversión que se ajusten a las metas del inversor.

Normalmente, este término se refiere a planes de inversión empresariales, pero la verdad es que las personas también necesitan aplicar estrategias en sus inversiones.

Cabe destacar que un plan estratégico de inversión evoluciona con cierta frecuencia, pues las necesidades del inversor pueden cambiar o las inversiones pueden no salir como se espera.

Por ejemplo, pueden cambiar la capacidad de ahorro, las metas o que la situación económica del país cambie. Por lo que lo ideal es ajustarse a la nueva realidad.

¿Cuál es la importancia de tener un plan de inversión?

Cuando no se tiene un motivo, es muy probable fallar haciendo los sacrificios que podría significar invertir.

Pero aun con sueños, aspiraciones o incluso objetivos, es necesario hacer cálculos, plasmar estimaciones y establecer criterios de decisión, con especial atención a los riesgos de cada inversión.

Todo esto dictará el perfil del inversor, los productos de inversión más idóneos, el tiempo que tomará cumplir esas metas y otros aspectos relevantes.

En definitiva, un plan de inversión sirve para tomar mejores decisiones y ser realista en cuanto a la rentabilidad, así como el tiempo que podría tomar llegar a las metas establecidas.

Cómo hacer un plan de inversión sencillo en 5 pasos

Ya sabes qué es el plan de inversión y reconoces su importancia, así que ahora es momento de aprender a crear tu propio plan.

Muchas compañías tienen especialistas asesores en planes de inversión, pero si eres un inversor minorista que además quiere invertir por su cuenta, entones, tendrás que crear tu plan tú mismo.

En el equipo global de Financer.com trabajan algunos inversionistas que recomiendan estos pasos a seguir:

1. Evalúa tu situación personal y financiera

Las inversiones no son estándares, sino que se adaptan a cada persona, varían según ciertos aspectos como edad, capacidad de ahorro o capital destinado a la inversión.

Si eres un joven en sus treinta o incluso menor y no tienes grandes responsabilidades familiares, quizás no tengas prisa y decidas dejar que el interés compuesto haga su magia. O, por el contrario, puede ser que toleres mejor el riesgo, pues tendrás más tiempo y capital para recuperarte.

Mientras que si te encuentras cerca de jubilarte, lo mejor es que inviertas en productos que no sean tan dinámicos, pues lo que quieres es asegurar tu vejez.

Por otro lado, tu capital también determinará tus opciones, pues algunos planes de inversión en ETF o CFD de fondos de inversión tienen una cantidad de inversión alta, mientras que otros mercados como Forex o las criptomonedas permiten inversiones desde montos muy pequeños.

2. Establece metas y objetivos

¿Qué es lo que quieres hacer con el dinero que consigas?

¿Comprarte una casa? ¿Comprar un coche? ¿Juntar el capital de tu propio negocio? ¿Pagar la educación de tus hijos?

En los adultos de cierta edad, un plan de inversión para el retiro es la forma más común de inversión, pero todo depende de las necesidades de cada uno.

Establecer metas cuantificables te ayuda a conocer tu progreso o si es necesario hacer ajustes en tu plan.

Para establecer metas, lo mejor es hacerse preguntas y responder sinceramente. Aquí algunos ejemplos:

  • ¿Qué es lo que quiero lograr?
  • ¿A quiénes beneficia este objetivo?
  • ¿Para cuándo quiero lograrlo?
  • ¿Cuánto dinero tendría que invertir mes a mes o año a año para lograrlo?
  • ¿Qué tasa de interés espero obtener?
  • ¿Cuánto dinero debería tener al final del primer año?
  • ¿Cuándo sabré que he cumplido el objetivo?
  • ¿Cuánto capital estoy dispuesto a arriesgar si esta inversión sale mal?

Con esto en mente, buenos ejemplos de meta financiera serían los siguientes:

“Quiero obtener 1 millón de pesos dentro de 10 años para pagar la universidad de mi hijo”.

“Invertiré 5.000 pesos al mes durante 5 años en un producto a 5% de interés para tener 300.000 dólares de capital para comprar mi casa”.

Mientras más especifico seas, es más probable que puedas medir tu éxito y mantenerte motivado.

Fijando el plazo

Mientras mayor sea el plazo, el interés compuesto tendrá un impacto mayor. Mientras que a menor tiempo, se necesitará mayor capital o asumir mayor riesgo para lograr la meta.

De cualquier manera, siempre es bueno hacer aportaciones adicionales para que estas también tengan el efecto de interés compuesto.

Por eso es importante ser realista con la capacidad de inversión, tanto la inicial como con las aportaciones que puedes hacer de forma mensual o anual, según tu capacidad o las condiciones de la institución o instrumento de inversión que tengas en mente.

3. Determina tu perfil de inversor

El perfil de inversor está asociado con la tolerancia al riesgo. A mayor riesgo, mayor recompensa, pero también mayor peligro.

Toda inversión conlleva un riesgo; no existe una inversión 100% segura.

No obstante, no es lo mismo invertir en criptomonedas y startups prometedoras, cuya utilidad para el mundo aún está en entredicho, que invertir en índices conformados por acciones de empresas que dominan el mercado.

Las últimas son menos riesgosas, por lo que tienen una recompensa más a medida. Mientras que lo más riesgoso, paga más en caso de tener éxito.

De forma resumida, estos son los perfiles de inversor:

4. Investiga los tipos de inversiones que se ajustan a tu perfil

Luego de hacer números al establecer tu meta, esta es probablemente la labor más tediosa al invertir.

No obstante, es muy importante conocer todas tus opciones antes de elegir, pues de esto dependen muchos otros factores como la liquidez de la inversión, el nivel de riesgo, el capital inicial necesario, las comisiones y muchas otras.

Hay diversos tipos de inversión, también conocidos como instrumentos. Los más populares son:

Cada uno de estos instrumentos y la manera en que se implementan en la gestión financiera de la inversión varían en función de las expectativas que tengas, ya que su mecánica de funcionamiento, límites y capacidades son particulares.

Plan de inversión diversificado

Es aquí donde entra la diversificación. Tener todos los huevos en una misma canasta parece una buena idea, pero siempre existen amenazas.

Y como cada mercado es un mundo, existen diversos peligros potenciales, es por eso que se recomienda diversificar. Así si, por ejemplo, si la bolsa se desploma, tus inversiones inmobiliarias o en el oro pueden sufrir un impacto menor.

Incluso es recomendado diversificar dentro de los mismos instrumentos. Por ejemplo, si en tu plan de inversión deseas comprar acciones, puedes diversificar la industria. Así, en caso de que haya una caída generalizada de la industria tecnológica, no todo tu dinero se verá afectado.

¿Cuál es el nivel de liquidez que quieres?

Un activo que es líquido es uno que se puede convertir en dinero de forma fácil y rápida. Así, si tienes una emergencia, podrás tener acceso rápido a tu dinero.

Por ejemplo, las acciones o los fondos son activos muy líquidos porque se pueden convertir en dinero en efectivo en cuestión de horas o días.

Por lo contrario, los bienes inmuebles no son muy líquidos. Se requieren de semanas o de meses para que se conviertan en dinero en efectivo.

Productos como ETFs o fondos de pensiones pueden tardar días en hacerse efectivo un retiro o venta. Por eso hay que pensar muy bien en las necesidades.

5. ¡Tiempo de la acción!

Si ya lo tienes todo listo, incluso el capital, entonces es momento de poner manos a la obra.

Si no, entonces lo mejor es elaborar un plan de ahorro, que te ayude a juntar tu primer capital de inversión. La buena noticia es que estos planes se parecen, por lo que al ahorrar estarás practicando para cuando inviertas.

Además, si creas una cultura del ahorro podrás hacer otras futuras inversiones para acumular más capital y así obtener más dividendos.

Recuerda que ahorrar es solo acumular dinero, mientras que invertir es obtener un rendimiento gracias a que tu dinero está trabajando dinero.

Muchos quieren invertir y hacer que su dinero trabaje para ellos, como dice el autor Robert Kiyosaki.

No obstante, tener la voluntad de ahorrar para juntar el capital que te permita invertir solo está al alcance de los disciplinados. Crear un plan de ahorro e inversión es el primer paso.

Si no lo tienes claro, consulta con un consejero financiero

Si no estás del todo seguro de cómo se elabora un plan de inversión según tus objetivos y tu nivel de tolerancia al riesgo, lo mejor es que te pongas en contacto con un consejero financiero para que te asesore.

Estos pueden cobrar un monto fijo por su crear su plan más un monto por cada consulta periódica. También es posible que en ciertas instituciones haya asesores financieros que se especializan en los productos que ofrece dicha empresa.

5 consejos básicos para cualquier inversión

  1. Infórmate bien antes de invertir: todas las empresas y productos de inversión tienen condiciones. Aunque un producto se adapte a tu perfil, quizás no estés de acuerdo con sus condiciones como medio de retiro, tiempo de espera o incluso con sus comisiones.

  2. Establece objetivos claros: hacemos hincapié en esto porque es realmente importante. Mientras más específico seas en términos de montos, tiempo, destino de la inversión y otros factores, tendrás mayores probabilidades de tomas decisiones acertadas.

  3. Diversifica tus inversiones: todos los huevos en una sola canasta es una receta para el desastre. Invierte en diversas opciones y además diversifica mercados e incluso las empresas a través de las cuales inviertes para evitar que un colapso te arrastre consigo.

  4. Invierte en tu educación: la educación no es un gasto, sino una inversión. Cuando inviertes por tu cuenta, siempre es buena idea educarte para conocer el mercado y sus participantes.

  5. ¡No dejes de ahorrar!: probablemente hayas ahorrado mucho para comenzar a invertir, pero comenzar a hacerlo no significa que debas dejar de ahorrar. Mientras más ahorres, más podrás invertir.

Sigue estos consejos para ahorrar dinero y maximiza el capital que tienes destinado a multiplicarlo. Y recuerda que si no tienes metas financieras, lo más probable es que acabes en un mal camino.

Ya sabes qué es un plan de inversión personal y cómo crear un plan que se adecue a tus objetivos, ahora es momento de poner manos a la obra.

Aunque no se trata de una carrera, piensa que mientras más pronto comiences, más pronto conseguirás lo que te propongas.

Y recuerda que puedes dejar un mensaje en la sección de “Contacto” si tienes cualquier duda sobre el plan de inversión o cualquier otro tema en el ámbito financiero. Desde Financer.com estaremos encantados en ayudarte.

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Fuentes
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